miércoles, 9 de diciembre de 2009

Crimen contra la futura Humanidad.

Simplemente hay que ser Humano para darse cuenta de las infamias de aquellos seres vivos únicamente con denominación humana..
Ya lo puede decir el Consejo de Estado, el Estado, incluso el Mundo entero. Da igual lo que digan, lo que legitimen, lo que piensen sus democráticas clarividencias sobre lo que es constitucional o no. Una cosa es la Ley del Humano, Constitución incluida, y otra totalmente distinta la Ley de la Vida.
Ampararse en la propia Vida, es decir en nuestra existencia, para decidir "quienes deben nacer o quienes no, quienes deben morir o continuar el proceso que les ha de trasladar a la carnal Vida" resulta la mayor de las infamias Universales avalada únicamente por el ser vivo más letal y cruel que habita en la Tierra.
Infinitamente por encima de los inventos humanos. Infinitamente por encima del Derecho “invento rancio, inoperante e interesado". Infinitamente por encima de todas las opiniones, razones o fueros carnales, se halla la Lógica Universal que emana del propio Universo.
En el orden y el caos, en el azar y lo etéreo, en lo cierto y lo incierto, del todo nebuloso Universo, creador de todo y todos, el Germinar es parte y arte inalienable del mismo.
Partiendo de la incuestionable Lógica Universal, “El ser humano engendrado ni lo solicita ni le hace falta”. Luego, ¿Quiénes creemos ser los seres humanos para dar y quitar la Vida que corresponde por entera a las entrañas del Universo?.¿Acaso alguna vez hemos tenido en cuenta si el ser engendrado en su gnosis primitiva desea ser fusionado al objeto de alcanzar la vida entre la humanidad?.
Los hijos son un mero antojo, un sabroso trámite de quienesles engendran sin la más mínima responsabilidad. Estos inocentes seres vanos de potestad alguna para decidir si desean vivir o no, son obligados a Nacer entre insidias y desidias caprichosas de los ya Nacidos.
Nuestros hijos son producto de nuestras debilidades puesto que nadie, jamás de los jamases, podrá demostrar que es Perentorio Engendrar. Se engendra porque nadie nos prohíbe engendrar, por inoperancia, dejadez, o capricho.Perentorio es comer, beber, dormir, mientras que engendrar es únicamente preciso para la continuidad de la raza humana. Sin embargo, una cosa es proporcionar sensatamente nuevas vidas en bien de toda la humanidad y otra muy distinta engendrar caprichosamente y decidir exactamente igual quienes completaran el ciclo vital y quienes morirán a mitad del camino por los mismos que decidieron ubicarles su caminar.
La facultad física de crear vida es el mayor Don que poseemos, siempre y cuando lleve consigo el ineludible compromiso que tenemos ante el Universo en primer lugar y la propia raza. Procrear por el mero hecho de que estamos capacitados para hacerlo resulta la mayor de las ignominias conocidas.
Ciñéndonos a la cuestión fundamental, digo y afirmo a la vez que me presto ante el Mundo entero a demostrarlo que una vez se completa el ciclo de la fecundación existe en el Universo una nueva vida. Luego, interrumpirla una vez creada gratuitamente, es un acto criminal insuperable. Ya pueden decir los eruditos en el tema lo que quieran decir sobre lo que es Vida o no, ya que sus conclusiones siempre serán erróneas e interesadas. En primer lugar, porque el ser humano es puro interés y en segundo debido a la suprema inopia que toda la humanidad padece sobre el único creador de vida. El Universo.
Un espermatozoide, es un Ente Vivo, pues está vivo, es energía del Universo que precisa del “nido materno” para formarse en un ser humano. Los espermatozoides son Entes que viven y mueren en el Universo con tanta dignidad como cualquier ser vivo incluidos los humanos.
Cualquier vida terrena, incluso la más insignificante, tiene el mismo derecho Universal que la raza humana, cualquiera.
El proceso de los espermatozoides para alcanzar vida humana es cruel, demasiado cruel ya que generalmente uno de ellos entre millones consigue la fusión precisa. Los demás se quedan por la vereda, antesala de la vida. De la suerte de estos no se sabe nada y nada se puede razonar. Ahora bien, del ser engendrado se sabe, o se debería saber que se le obliga a convertirse en ser humano para posteriormente asesinarle en virtud de normas o fueros ingeniados por la Humanidad incluidos sus propios creadores.
Legitimar, razonar, o exponer que la Ley del Aborto se ajusta al Derecho Universal a la Vida supone la mayor degeneración mental que únicamente puede ser legalizada por lo más crueles y devastadores “ demonios ” que habitan en la Tierra. Los seres humanos.
El ser humano, puro conflicto mental, dueño y señor del planeta Tierra decide sobre la razón, la libertad, la vida o muerte de todo lo terreno incluido la propia raza.
Toda ignominia puede ser legítima tratándose de la humanidad, sobre todo si quien legisla es lícito a legislar.
La humanidad vacía de toda Humanidad promulga leyes por las cuales el propio ser humano ostenta la facultad de decidir lo que está bien o mal, quién puede hastiarse y quién carecer de lo más elemental, quién puede envenenar el Cielo de todos y quién no, quién es dueño del vergel y quién del secano, como si la Tierra fuera de pleno dominio, incluso quiénes deben vivir y quiénes deben morir.
Actualmente el Futuro de la raza humana se halla en manos de unos pocos descarados con un sólo objetivo en común, obtener el Poder mediante el fanatismo ideológico del resto de la humanidad. Todo es lícito, todo es posible y maleable incluso la propia Vida, si a cambio se consigue el Poder. En el actual sistema un voto vale tanto como una vida.

Autor:

Ivanla